Las sesiones de coaching no dejan de aportarme pensamientos de cómo enfrentarnos a esos problemas que la vida nos entrega, enseña y pone ahí, tal cual. Que gran aprendizaje.
Tuve hace unas semanas, el comienzo de sesiones de una pareja que quería tener hijos y, por esas circunstancias de la naturaleza, no lo conseguían.
Querían encontrar con el coaching, la motivación necesaria y justificable para ellos, de dar ese paso.
Me comentaron que estaban revisando diferentes posibilidades y una que yo no conocía, era la de diagnóstico genético preimplantacional o DGP.
Mediante esta técnica se puede examinar las alteraciones genéticas de los embriones antes de implantarlos en el útero, para que, entre otras cosas los hijos puedan nacer libres de enfermedades hereditarias.
Es increíble cómo han crecido las investigaciones y procesos para técnicas de reproducción asistida con fecundación in vitro.
Lo realmente importante no eran las técnicas de reproducción, lo importante es lo que emanaba del acompañamiento que los dos se hacían en este proceso.
Realmente las emociones estaban a flor de piel. Ante preguntas sobre:
- ¿Para que queréis tener un hijo? Para transmitirle todo nuestro amor y aportar al mundo alguien muy especial
- ¿Qué problemas habéis tenido que superar para tomar esta decisión? Esto no lo voy a transcribir tal cual, por respeto a ellos. Aunque les conocí a través del blog y me han dado permiso, me parece demasiado intenso para contarlo.
- ¿A que os acercáis? A una carita sonriente que nos está esperando.
- ¿De qué os alejáis? De muchas semanas de incertidumbre y tristeza por no conseguir algo que deseamos con tanto amor.
Esto solo es unos pequeños flecos, llenos de respeto por mi parte. Es un homenaje a todas las personas que deciden donde está su objetivo y luchan por ello.
Te recuerdo que sólo tú tienes la llave de tu éxito. Usa esa llave.
